Los jovenes nos preocupamos demasiado por nuestro alrededor en vez de preocuparnos por nosotros mismos, finjimos que lo que nos dicen no nos importa pero no es cierto.
Vivimos cada uno en un mundo que nosotros mismos creamos,
vamos a nuestra bola y pasamos de todo, o por lo menos eso demostramos.
Mentimos.
Continuamente mentimos, a nuestros padres, a nuestros profesores, incluso a nosotros mismos.
Escondemos lo que sentimos por miedo.
Miedo al rechazo, miedo a arriesgar. Es curioso lo que podemos aparentar y lo que somos en realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario